Primera parte
José Miguel Insulza, el agente chileno ante la Corte de la Haya en el juicio con Bolivia,para algunos es un vulgar delincuente. Falsificó, siendo Canciller de Chile, un pasaporte diplomático para Pinochet con la finalidad de liberarlo de su arresto en Londres, ocurrido en 1998, y lograr así su vuelta a Chile, en donde el dictador murió sin condena por sus alevosos crímenes. El juez Carlos Escobar, del Segundo Juzgado del Crimen de Santiago, estableció la existencia del delito de falsificación ideológica del pasaporte. Insulza, en un ataque de histeria, amenazó, a través del diario de propiedad del genocida pinochetista, Agustín Edwards, “El Mercurio” , y luego soterradamente , de terminar la carrera judicial de dicho magistrado. Insulza, además, llamó a todos los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores, vinculados al delito y les ordenó callar, mandándolos a misiones diplomáticas en el extranjero, especialmente a África, para evitar que el juez Escobar pudiera interrogarlos.
El prontuario de Insulza, en materia de falsificaciones, es abultado. El abogado Daniel Castillo , denunció el fraude de su licenciatura en Derecho, en la Universidad de Chile, así como su inexistente práctica profesional. Es tan evidente el tongo que, en los papeles de su licenciatura, de 1969, aparece con una foto carnet actualizada, es decir calvo y con el número de cédula de identidad con el último digito verificador, que a esa fecha no existía.Tampoco está la firma de los profesores mencionados.
En su expediente de la Corte Suprema otorga mandato para “ habrir” carpeta de titulación y se refiere al máximo tribunal como “Ilustrísima” y no como Excelentísima , como lo exige la ley. Estos detalles reflejan el nivel cultural y profesional de Insulza.
La falsificación más burda es la que corresponde a su decreto de nombramiento N° 1.641, en el Ministerio de Relaciones Exteriores, de 31 de diciembre del año 1991, en donde se le designa en calidad de abogado. Tal decreto fue firmado por Patricio Aylwin, Presidente de la República y por Enrique Silva Cimma como Canciller, siendo tomado razón por la Contraloría General de la República, el 16 de marzo de 1992.
El fraude es manifiesto considerando que en la Corte Suprema aparece recibiendo el título de abogado, el 30 de noviembre de 1992.
Cabe preguntarse qué documentos presentó Insulza, al Ministerio de Relaciones Exteriores o a la Contraloría, para que lo nombraran como abogado, sin serlo; o si fue designado por concurso público o a dedo. Ver documentos completos pulsando sobre las imágenes de los mismos.
Con esos antecedentes falsos se le nombra embajador, por decreto N° 269, de 28 de febrero de 1992.
Es decir, que habría malversación de caudales públicos al pagar viáticos y remuneraciones a un funcionario nombrado con un decreto ilegal.
La memoria de título de Insulza también fue falseada. No constan, en ella, los informes del profesor guía y del profesor informante.
Fuente: Pnews.cl -13.feb.2016-